De Mitos Y Mitotes

Guía para sobrevivir en tiempos de pseudociencia, vuelta al oscurantismo y zafarranchos cotidianos, desde un punto de vista naturalista, escéptico y un tanto cínico.

Nombre: JJ
Ubicación: Yucatán, Mexico

24 octubre 2005

¿SABIENDO DE LA CATÁSTROFE?


Saber lo que depara el futuro ha sido desde siempre uno de los mayores deseos de la humanidad. Y hay que reconocer que suena bien. Los intentos para el vaticinio van desde mirar las entrañas de un animal, echar cartas y leer hojas de té, hasta comunicarse con las almas de los muertos e importunarlas con preguntas tontas como “¿estás bien?”

Todos hemos oído (y algunos hasta pagado por los servicios) de los videntes, los astrólogos, los médiums, los síquicos y otros, que con diferentes niveles de modestia aseguran ser “intermediarios” o “simples instrumentos” de algún poder divino superior que les da las instrucciones y las respuestas a tantas interrogantes vedadas a los demás mortales. Los medios de comunicación están repletos de horóscopos y de predicciones de acuerdo a su signo zodiacal, señora. A veces basta una llamada a un número 900 para que alguien que nunca nos ha visto anuncie gozoso que la próxima semana conoceremos al amor de nuestra vida, y pagamos gustosos 30 pesos el minuto para que nos digan que todos nuestros problemas económicos se solucionarán si trabajamos con más entusiasmo. Mmm…

Pero ¿por qué parece más fácil predecir que una actriz de telenovelas le será infiel en junio al novio que conocerá en marzo, que presagiar eventos realmente importantes, que puedan prevenir alguna tragedia, inclusive? ¿Dónde estaban los síquicos y los astrólogos en 1997 cuando falleció la Princesa Diana, de quien, en cambio, sí decían que se casaría de nuevo y tendría más hijos? Otros “síquicos” alegan ayudar a la policía a encontrar los cuerpos de víctimas asesinadas, o a los mismos asesinos, pero ninguno ha averiguado hasta ahora dónde enterraron a Jimmy Hoffa, ni parece que sepan dónde anda Osama bin Laden.

¿Qué hacían estas personas la víspera de los ataques al World Trade Center? Algunos, como la "vidente" Silvia Brown, argumentan que previos pronósticos suyos pueden interpretarse como que sí lo habían visto venir. Y si así fue, ¿de qué sirvió a las víctimas y sus familiares? ¿Siente algún remordimiento por omisión semejante?

Este tipo de predicciones post facto destacan por su ambigüedad y extenso rango de interpretaciones dependiendo del momento en que se lee y de quién lo hace (ej.: las profecías de Nostradamus). También hay un tipo de razonamiento equívoco llamado “pensamiento selectivo”, que toma en cuenta solamente los aciertos que confirmen una hipótesis, pero desecha los errores que la descalifican. Por ejemplo, dos astrólogos no escribirán dos horóscopos iguales, pero sin duda tendrán algún acierto si lo hacen (y sí lo hacen) con la suficiente ambigüedad para que muchos de los lectores se vean reflejados en el texto. Después de todo, y los astrólogos y demás adivinos lo saben bien, como humanos compartimos tanto semejanzas como diferencias.

¿Dije adivinos? Sí, todos ellos alegan serlo, de uno u otro modo. Y hace días que quiero hacerles una pregunta, ya no sobre el futuro, sino del pasado, así que debía ser mucho más fácil responderla.

¿Por qué NINGUNO DE TANTOS alertó de la horrible catástrofe del domingo 26 en Indonesia y toda la cuenca del Pacífico? ¿No era importante evitar la muerte de más de cien mil personas por un maremoto colosal que inclusive alteró en una fracción la inclinación del eje de rotación del planeta? ¿No era eso más importante que CUALQUIER otra cosa que hayan dicho antes? ¿Cómo es posible que NINGUNO de tantos lo haya visto venir?

Por supuesto, no les estoy otorgando ninguna responsabilidad por no haberlo advertido, ni sugiero en lo más mínimo que hubieran podido hacerlo. Sólo es cuestión de tiempo para que alguno de ellos alegue haber advertido con antelación semejante hecatombe. Y entonces me preguntaré si hice bien en pronosticar que lo harían. ¿Me atreveré a hacer otra predicción? Aquí va: la gente seguirá creyendo en esos tipos, sin importar cuántas veces se les demuestre que son unos charlatanes y unos farsantes. Y lo leyeron aquí primero.

JJ

P.S.: Además de estas consideraciones terrenales (y que merece comentario aparte) está la cuestión de en dónde estaría Dios cuando sucedió esto, como en todos los desastres. Muchos sobrevivientes al maremoto consideran “un milagro de Dios” haberse salvado. Muy bien, ¿y los demás? Otro dijo que se salvó gracias a que “Dios se metió en su cuerpo” y le echó una mano. ¿Y los demás??

(Redactado originalmente en Mérida, Yucatán, el 30 de diciembre de 2004)

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